Los síntomas visibles de un absceso dental incluyen enrojecimiento de la boca y la cara, hinchazón, inflamación de las encías y drenaje de pus. Otros síntomas incluyen dolor, dificultad para tragar, dificultad para abrir la boca y sensibilidad cuando se toca. /p>
Un absceso dental comienza como una infección dental y continúa infectando la boca, la cara, la mandíbula o la garganta si no se trata adecuadamente. Las causas comunes de los abscesos dentales incluyen mala atención dental, trastornos autoinmunes, cavidades profundas o traumatismos en la boca.
Cepillarse los dientes y limpiarlos con hilo dental regularmente es la mejor manera de evitar un absceso dental. Los chequeos dentales regulares son importantes ya que las infecciones pequeñas se pueden tratar antes de que se conviertan en abscesos.