Los hábitats de bosques están prosperando con muchas especies diferentes de animales como arañas, ardillas, mofetas, ardillas y ciervos. Para sobrevivir en un hábitat de bosques, los animales que residen allí tienen que poder adaptarse a una variedad de situaciones y cambios climáticos.
Los animales que llaman hogar a las zonas boscosas tienen que adaptarse a las diferentes estaciones migratorias, hibernando o manteniéndose activos durante los meses de invierno. Estos animales también tienen que lidiar con las hojas que se caen de los árboles, y como en el otoño pierden su cubierta, a menudo se les camufla para que se parezcan al suelo, lo que dificulta que los depredadores los vean.