Los seres humanos no pueden ver, oler ni probar microorganismos individuales, como bacterias, protozoos y ciertos hongos y algas. Tales organismos vivos son microscópicos y son demasiado pequeños para ser vistos sin instrumentos de aumento (eran observado por primera vez por Anton van Leeuwenhoek en 1675).
Algunos microorganismos se reproducen, se replican y se enjambran para formar grupos lo suficientemente grandes como para que los humanos los puedan ver, oler y probar. Por ejemplo, se pueden ver, oler y probar los manojos de esporas de moho (miembros del reino de hongos) en una barra de pan, mientras que una espora de moho individual es indetectable.
Otro ejemplo es la bacteria que causa el mal aliento. Aunque no son visibles a simple vista, los grupos de bacterias tienen un sabor y olor únicos.