Los ratones tienen mala vista y no ven bien en la oscuridad o la luz. Normalmente están activos durante la noche pero no confían en la visión; en cambio, confían en sus bigotes como guía. Los ratones a menudo se topan con cosas cuando se mueven alrededor de su entorno.
Los ratones pueden ver el movimiento desde casi todos los lados. Sus ojos están dispuestos desde sus cabezas, lo que permite una amplia gama de visión. Los ratones pueden detectar movimientos desde hasta 45 pies de distancia, aunque solo pueden enfocar objetos dentro de 1 a 2 pies. Su falta de visión también se compensa con una audición aguda, que puede captar una amplia gama de niveles de ruido.