Los murciélagos pueden caminar, aunque con torpeza. Sus cuerpos están tan bien adaptados para el vuelo que sus piernas sirven principalmente como puntos de sujeción para la superficie de sus alas. Arrastrarse en el suelo requiere mucha energía de los murciélagos porque los huesos de sus piernas están mal diseñados para moverse de esa manera.
Las patas de murciélago tienen rodillas que apuntan hacia afuera y hacia atrás. Esta es una adaptación para gatear de forma segura en paredes y techos de cuevas. También permite que el bate controle la forma de su superficie de ala si el bate tiene una membrana entre sus patas y la cola. La mayoría de los murciélagos tienen huesos de la pierna muy frágiles que provocan una locomoción torpe, pero pueden ejercer una gran fuerza.
Aunque la mayoría de los murciélagos son malos para caminar en el suelo, los murciélagos vampiros son excelentes para caminar y hasta se sabe que corren a toda velocidad. Tienen patas algo más gruesas que la mayoría de los murciélagos, aunque no se sabe qué diferencia hace esto a la locomoción.