Las plantas de aloe vera pueden volverse marrones debido a quemaduras solares, hongos o bacterias. La planta puede estar recibiendo demasiada luz solar o el suelo puede estar demasiado húmedo.
Las quemaduras solares harán que las hojas de aloe vera se vuelvan secas y marrones. Las hojas marrones y húmedas indican un hongo, como la pudrición del tallo basal, que se produce en el frío y la humedad. La roya del aloe prospera en condiciones de alta humedad y causa manchas marrones que se extienden. La pudrición blanda bacteriana se desarrolla en alta humedad y marchita las hojas.
Para evitar que se doren, se debe dejar que las plantas de aloe vera se sequen completamente entre riegos. Estos suculentos necesitan luz solar brillante que no sea demasiado fuerte. La mejor manera es colocarlos cerca de una ventana soleada con poca humedad.