Los cloroplastos, las partes de las células vegetales responsables de la fotosíntesis, son verdes porque contienen el pigmento clorofila, que absorbe las longitudes de onda rojas y azules de la luz y refleja las longitudes de onda verdes. La clorofila absorbe colores particulares de luz para proporcionar la cantidad correcta de energía para que se produzca la fotosíntesis. La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas utilizan la energía del sol para convertir el dióxido de carbono del aire en carbohidratos para la alimentación.
Los cloroplastos se encuentran en células ubicadas en las hojas de las plantas. La clorofila en los cloroplastos le da a las hojas su coloración verde distintiva. Los cloroplastos se desarrollan completamente cuando se exponen a la luz.
Cada cloroplasto tiene una doble capa de membranas que protege sus estructuras. El estroma, un líquido espeso y rico en enzimas, llena el área encerrada por las membranas. Las estructuras en capas llamadas grana, que contienen clorofila, están ubicadas en todo el estroma.
Cuando un cloroplasto se expone a la luz, comienza la fotosíntesis. La luz es absorbida por la clorofila y convertida en energía química en la grana. Luego las enzimas en el estroma comienzan una serie de reacciones que utilizan la energía química para convertir las moléculas de dióxido de carbono en moléculas de carbohidratos. La planta utiliza los carbohidratos para el crecimiento y la respiración. Los carbohidratos adicionales se almacenan para su uso posterior.