Los autores usan la ironía como un dispositivo literario para que los lectores piensen en algo o para enfatizar un punto de la historia. Para que la ironía se use correctamente, el lector debe poder entender claramente la diferencia lo que se está diciendo y lo que se espera.
Un tipo de ironía que los autores pueden usar es la ironía dramática. Con dramática ironía, el lector sabe más sobre la realidad de una situación que los personajes. Para que la ironía dramática funcione correctamente como un dispositivo literario, el lector debe tener más información que el personaje. La ironía ocurre cuando el personaje toma decisiones y actúa sobre información o creencias que el lector sabe que son incorrectas.
Los autores también pueden usar la ironía estructural. Este dispositivo literario funciona cuando hay un personaje presente, generalmente un héroe u otro personaje principal, cuyo juicio está limitado por objetivos personales, prejuicios o falta de información. La ironía estructural debe ser llevada a lo largo de la historia para que sea efectiva. Un tercer tipo de ironía disponible para los autores es la ironía verbal. La ironía verbal ocurre cuando las palabras de un personaje tienen un significado implícito y un significado subyacente muy diferente. La ironía verbal se utiliza para alentar a los lectores a pensar sobre el significado de las palabras de un personaje más allá del simple valor nominal.