Los alimentos grasosos tienen un alto contenido de grasa y pueden elevar el colesterol. Más colesterol puede hacer que se acumulen en las venas y arterias, lo que lleva a la presión arterial alta y enfermedades del corazón.
Aunque la grasa es esencial para la regulación de hormonas, temperatura y energía, demasiada grasa mala, como la grasa trans, puede aumentar la cantidad de colesterol en la sangre, lo que lleva a la acumulación de grasa. Los alimentos grasosos también son malos para la piel, aunque su consumo no necesariamente hace que la piel produzca más aceite. Sin embargo, el aceite que se pone en el aire durante la preparación de los alimentos puede obstruir los poros y provocar acné.