Moisés liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y los llevó a Canaán, donde finalmente establecieron un hogar. Él entregó los diez mandamientos a la gente, y fue un importante maestro y profeta. Moisés es una figura central para todas las religiones occidentales, pero es ampliamente considerado como la figura más importante del judaísmo.
Según la Biblia, Moisés fue abandonado como un bebé por sus padres, encontrado por una princesa egipcia y criado por ella como si fuera suyo. Como adulto, sin embargo, a Moisés le molestó el trato egipcio de los esclavos hebreos. Dios, en la forma de una zarza ardiente, le dijo a Moisés que debía sacar al pueblo hebreo de Israel. Moisés le pidió permiso al faraón para irse, pero fue solo después de que Dios infligió varias plagas a los egipcios que los israelitas finalmente recibieron permiso para ir a Canaán, donde Dios le había dicho a Moisés que los llevara.
Sin embargo, el faraón cambió de parecer, y él y su ejército persiguieron a los israelitas. Moisés, tristemente célebre, separó el mar para que él y sus seguidores pudieran cruzar sin peligro. Sin embargo, el mar se derrumbó sobre el faraón y su ejército.
Los israelitas vagaron por el desierto durante varias décadas después de su escape. Fue durante ese período que Dios dictó los diez mandamientos a Moisés. Sin embargo, al final, Moisés se metió en problemas con Dios y, como castigo, se le prohibió entrar a Canaán una vez que finalmente llegaron los israelitas.