Antoine Lavoisier, un noble francés del siglo XVIII, fue una fuerza crítica en el desarrollo tanto de la química moderna como de la biología. Sus esfuerzos demostraron ser vitales para entender la química en particular como una ciencia cuantitativa, así como para identificar el papel de los principales gases en los procesos químicos. En consecuencia, es considerado por muchos como el "padre de la química moderna".
Lavoisier era un firme creyente en el uso sistemático de pesos y medidas en el estudio químico, afirmando que la masa, representada por el peso, no podía verse comprometida a pesar de las reacciones químicas y los cambios de estado. Por lo tanto, Lavoisier es uno de los primeros defensores de la ley ahora ampliamente aceptada con respecto a la conservación de la masa. Lavoisier descubrió el papel que jugaba el oxígeno en el proceso de combustión. En este caso particular, se opuso a la ahora desacreditada teoría del phogiston, que argumentaba que la combustión era causada por un elemento similar al fuego oculto dentro de ciertas sustancias. También ofreció el primer reconocimiento científico de los gases oxígeno e hidrógeno, en 1778 y 1783 respectivamente. Lavoisier finalmente creó una lista de 33 sustancias que clasificó como elementos, o sustancias que no se podrían desglosar en elementos más simples. Esto anticipó conceptualmente los contenidos y la creación de la tabla periódica. Lavoisier también ofreció lo que podría ser el primer texto de química moderna, "Traité Élémentaire de chimie", que publicó en 1789. Además, lanzó la primera revista o publicación de investigación en química.