Los perros no se "van a morir", afirma la experta en perros Kelly Dunbar de Dog Star Daily. Los perros que no vuelven a casa fueron golpeados por un automóvil, fueron robados o se perdieron. Muchos terminan en los refugios de animales locales.
Dunbar cita dos historias de perros viejos cuyos dueños presumieron que se habían "ido a morir" pero los perros, muy vivos, terminaron en refugios de animales y fueron puestos en adopción.
Los perros más viejos a menudo sufren de deficiencias sensoriales, como disminución de la agudeza visual y audición. Son más propensos que los perros más jóvenes a perderse. También sufren de movilidad reducida y son más propensos que los perros más jóvenes a quedarse atascados en características del paisaje como zanjas y no poder llegar a casa. The American Kennel Club recomienda que los propietarios lleven a sus perros ancianos a un veterinario para un chequeo anual o incluso semestral.
