Según la ASPCA, es posible, pero muy inusual, que una persona obtenga sarna de un perro. La enfermedad de la piel es causada por ácaros que se transmiten de un huésped a otro. Un número limitado de ácaros de la sarna siempre están presentes en los perros, pero un número excesivo conduce a la sarna.
La sarna se presenta típicamente en los perros como parches escamosos y calvos en sus caras o cuerpos, indica la ASPCA. La sarna facial es común en los cachorros y generalmente se cura por sí sola. En otras partes del cuerpo, la sarna suele ir acompañada de infecciones bacterianas secundarias y requiere más tratamiento.
La ASPCA afirma que, en los humanos, la sarna toma la forma de una erupción con bultos rojos. La inflamación se parece a varias picaduras de mosquitos.