Contrariamente a una creencia popular, los diamantes en realidad no necesitan respirar. El error común es que los anillos de diamantes generalmente tienen agujeros, que los diamantes deben respirar oxígeno o que de alguna manera ayuda a determinar si la piedra es real.
Este concepto erróneo es perpetuado por muchos joyeros que hablan de los diamantes que respiran como si necesitaran oxígeno. En realidad, los agujeros en un anillo de diamante tienen un propósito importante, pero en lugar de permitir que el oxígeno ingrese al diamante, permiten que el aire y la luz alcancen la piedra, lo que a su vez ayuda a darle a la gema su brillo y brillo. Sin embargo, no todos los anillos de diamante tienen estos orificios o los requieren.