Las lilas no son venenosas para los gatos. Estas plantas o arbustos son populares en los jardines de las personas y no hacen daño si las mascotas los lamen o ingieren.
Los tallos, flores y hojas de las lilas no representan una amenaza para la salud de los perros o gatos. Los gatos que entran a los jardines sí se enferman después de ingerir otras plantas populares como las begonias, los narcisos, las margaritas y la hiedra. Los signos de toxicidad para las plantas en los gatos incluyen vómitos, letargo, diarrea y convulsiones.
Un gato que muestra cualquiera de estos síntomas necesita atención médica. Cuanto antes reciba tratamiento el gato después de ingerir plantas tóxicas, mayor será la posibilidad de un resultado positivo. El tratamiento para la toxicidad incluye medicamentos orales, medicamentos intravenosos, hospitalización, la inducción de vómitos y atención domiciliaria de apoyo. Las casas con gatos deben estar libres de plantas tóxicas.