Las bellotas son tóxicas para los perros, probablemente debido al ácido tánico que contienen. Comer bellotas puede dañar el hígado y los riñones de un perro. Comer hojas de roble y beber agua en la que se han empapado las bellotas o las hojas de roble también puede envenenar a un perro.
Muchas plantas comunes son venenosas para los perros. En el exterior, los perros a veces comen narcisos, campanillas, hiedra, hongos o castañas de caballo, que pueden causar vómitos y diarrea. Las campanillas también pueden afectar la función cardíaca, mientras que ciertos hongos pueden causar enfermedades hepáticas o síntomas neurológicos. Otras plantas potencialmente peligrosas incluyen plantas de casa como el aloe, dieffenbachia, pothos dorado, philodendron hoja de corazón y philodendron abigarrado. Las plantas decorativas de temporada, como las flores de Pascua y el muérdago, también son venenosas para los perros.