El eslogan de la campaña de Teddy Roosevelt de 1904 era "un trato cuadrado para cada hombre". Su objetivo era asegurarse de que Estados Unidos no estuviera favoreciendo a ningún grupo sobre otro. Hizo campaña para tomar medidas para regular las grandes empresas y los sindicatos organizados.
A través del "acuerdo cuadrado", Roosevelt colocó al gobierno como mediador entre el personal y la administración, los consumidores y las empresas y el desarrollador y conservacionista. Buscó encontrar un trato justo para todos a través de la justicia económica y social.
El legado "cuadrado" de Roosevelt protegió a los agricultores del medio oeste de las prácticas desleales del ferrocarril, aprobó leyes para garantizar los estándares de inocuidad de los alimentos y conserva las áreas silvestres del desarrollo comercial, al tiempo que permite su uso para el riego, el deporte y la cosecha de madera.