En una economía puramente capitalista, la producción está determinada por la demanda del mercado, sin interferencia del gobierno. Los productores producen todo lo que los consumidores están dispuestos y son capaces de comprar. Los precios están determinados por las leyes de la oferta y la demanda.
El capitalismo es un sistema económico caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción, distribución e intercambio de riqueza. Las decisiones de producción se basan en el mercado libre, que se guía por lo que el filósofo y economista escocés Adam Smith llamó "mano invisible". La "mano invisible" asigna recursos de acuerdo a la demanda del mercado. Lo opuesto a una economía puramente capitalista es una economía planificada o controlada, en la cual las decisiones económicas son tomadas por el gobierno.