La velocidad de un procesador se basa en su velocidad de reloj, que se mide en Gigahertz (GHz) o Megahertz (MHz). Un MHz es igual a 1,000,000 ciclos por segundo y un GHz es igual a 1,000,000,000 ciclos segundo. Cuanto mayor sea la velocidad del reloj, más tareas podrá ejecutar el procesador por segundo.
La velocidad de reloj de un procesador generalmente está determinada por un circuito de cristal de cuarzo. La velocidad del reloj no es el único factor que determina el rendimiento de un procesador. Otros elementos como la arquitectura de bus, el tipo de microprocesador y la memoria caché también desempeñan un papel clave en la velocidad del procesador. La cantidad de RAM (memoria de acceso aleatorio) también es perjudicial para el rendimiento de la CPU.