La hibernación y la estivación son causadas por diferentes condiciones ambientales; los suministros de alimentos bajos provocan la hibernación, mientras que el clima cálido y seco desencadena la separación. Ambas condiciones inducen los mismos cambios físicos en un animal.
Tanto la hibernación como la estivación disminuyen la temperatura corporal y la tasa metabólica de un animal. Esta tasa reducida de metabolismo permite que el animal sobreviva por largos períodos sin comer. Muchas especies de aves se someten a un proceso similar llamado sopor.
La hibernación es siempre una reacción al suministro reducido de alimentos, pero la activación puede ocurrir como respuesta a una disponibilidad reducida de alimentos o condiciones demasiado calientes y secas para que el animal sobreviva. Los animales se esconden en lugares subterráneos más fríos antes de la extracción para escapar de estas condiciones. La hibernación se asocia con temperaturas frías porque los alimentos son más escasos en climas fríos durante los meses de invierno.
Las aves que usan sopor hacen esto todas las noches durante el clima frío. Durante la noche, la tasa metabólica y la temperatura corporal de las aves descienden igual que en un animal en hibernación. Esto reduce la cantidad de calorías que el ave quema durante la noche. El colibrí es un ejemplo único de un ave que utiliza el sopor nocturno en un clima cálido debido a su alta tasa metabólica. La temperatura corporal de un colibrí puede bajar hasta un 50 por ciento durante el letargo.