El eucalipto, una planta que pertenece a la familia Myrtaceae, es tóxico para los gatos. El eucalipto se encuentra en los aceites esenciales y es tóxico para otros animales domésticos, incluidos los perros y los caballos, según expertos de American. Sociedad para la Prevención de la Crueldad a los Animales, o ASPCA. Si los propietarios descubren que sus gatos han comido eucalipto, deben comunicarse de inmediato con sus veterinarios o con el centro de control de envenenamientos de la ASPCA.
Las señales de que un gato puede estar sufriendo una intoxicación por eucalipto incluyen salivación, trastornos gastrointestinales, depresión y debilidad, según expertos de ASPCA. Al igual que con los humanos y otros animales, algunos gatos tienen reacciones más graves al eucalipto que otros.
Dado que el eucalipto y muchas otras plantas domésticas y de jardín comunes pueden envenenar a los gatos, la prevención es el mejor remedio. Los dueños de gatos deben mantener las plantas potencialmente dañinas fuera de sus hogares y jardines porque los gatos pueden comer las plantas sin darse cuenta. Otras plantas que pueden envenenar a los gatos son la amarilis, el crocus, el rododendro, el crisantemo, el ciclamen, la marihuana, la adelfa, el tomillo, el tejo y varios tipos de lirios.
A veces, solo partes de las plantas son tóxicas, mientras que otras son inofensivas. Esto es cierto para las plantas de tulipanes y narcisos, que tienen bulbos venenosos. Sin embargo, los propietarios deben asumir que todas las partes de las plantas identificadas como venenosas pueden dañar a sus felinos. Si las personas sospechan que hay envenenamiento con plantas, deben intentar identificar la planta antes de llevar al gato al veterinario, ya que los veterinarios prescriben el tratamiento de acuerdo con el tipo de planta.