Tradicionalmente, los ojales de las mujeres están en el lado derecho de su ropa, mientras que los ojales de los hombres están en el lado izquierdo. La razón más generalmente aceptada de esta diferencia se remonta a los días en que las mujeres de ocio eran vestidos por sus sirvientes. La colocación del ojal fue diseñada para la facilidad de los sirvientes.
Otra teoría de la diferente ubicación del ojal es que una mujer y un hombre, sentados uno junto al otro en un carruaje, pueden ver las camisas del otro. Los ojales horizontales y la colocación adecuada ayudan a reducir las brechas. Para las mujeres, un ojal debe colocarse en la parte más completa de su línea del busto, con los ojales restantes espaciados de manera uniforme y muy cerca.