La investigación arqueológica, que data de 2013, sugiere que los cerdos se domesticaron originalmente en Asia Central. Los cerdos domésticos descienden de una especie euroasiática de jabalí y se han hibridado con subtipos silvestres de esta especie en todo su alcance.
Esta hibridación ha dado lugar a que los cerdos domésticos europeos tengan genes similares a los cerdos salvajes europeos, enturbiando el problema de sus orígenes. Sin embargo, los estudios de ADN de los primeros restos de cerdos domesticados en Europa muestran que estos cerdos tienen genes más similares a los cerdos salvajes del Cercano Oriente que a sus vecinos salvajes europeos. Esto significa que los genes de la subespecie europea tuvieron que haberse introducido más tarde, en lugar de ser parte del acervo genético original en el que se basaron los antiguos agricultores.