Los Tasers envían un pulso con 50,000 voltios y unos pocos miliamperios. El alto voltaje garantiza que el pulso alcance su objetivo, y el bajo amperaje evita que el Taser cause daños duraderos.
Los Taser se diferencian de las pistolas paralizantes porque sus electrodos están conectados a cables largos y aislados que pueden dispararse desde el Taser. Mientras que las Tasers pueden dispararse a una distancia de 20 pies, las pistolas paralizantes deben usarse a corta distancia. Los tasers envían ciclos de pulso durante cinco segundos antes de apagarse. El shock envía señales a través del sistema nervioso y causa dolor y contracción en todos los músculos. La mayoría de las víctimas caen al suelo y pueden paralizarse temporalmente cuando se les dispara.