La mayoría de las fresas tienen aproximadamente 200 semillas. El número de semillas que hay en una fresa puede variar mucho.
Una fresa contiene ácido fólico, vitamina C, potasio y fibra. Alrededor de ocho fresas equivale al 93 por ciento del valor diario recomendado de vitamina C. El ácido fólico y el potasio son importantes para las futuras madres y para el crecimiento de las células dentro del cuerpo. La fibra es un factor importante que compone las fresas y permite que el sistema digestivo funcione correctamente. La fibra también le da al cuerpo una cantidad sustancial de energía. Las fresas no tienen grasa natural y solo contienen alrededor de 45 calorías por porción.
Las fresas cosechadas se pueden congelar, comer frescas o conservar en mermeladas y jaleas. El sabor de la fresa depende en gran medida del clima en el que ha crecido la baya y de la madurez cuando se cosecha la fresa. El sabor de una fresa no está relacionado con el tamaño de la baya, aunque las bayas más grandes tienden a ser más maduras que las bayas que son más pequeñas en tamaño. Las fresas que se cultivan en climas más cálidos tienden a tener un sabor más dulce que las fresas que se cultivan en zonas de temperaturas más frías. También deben tener la cantidad adecuada de agua para lograr un sabor dulce.