El voltaje, la resistencia y la corriente son los tres componentes que deben estar presentes para que exista un circuito. Un circuito no podrá funcionar sin estos tres componentes.
El voltaje es la fuente eléctrica principal que está presente en un circuito. Funciona de la manera en que lo hace un imán al juntar dos cosas opuestas sin permitir que realmente se toquen. La fuerza que está detrás del voltaje es responsable de la cantidad de energía que el circuito emite y recibe.
La forma en que se mueven las cargas a través del sistema de circuito está directamente relacionada con la resistencia que está presente en el sistema de circuito. La resistencia puede evitar que las cargas se muevan alrededor del circuito, y las cargas pueden bloquearse completamente cuando la resistencia se cierra. La conductividad es lo opuesto a la resistencia y determina la facilidad con que las cargas pueden pasar a través de un sistema.
La corriente de un circuito es la forma en que las cargas se mueven a lo largo del circuito. Las cargas deben poder moverse desde los extremos opuestos del circuito para que funcione correctamente. Las corrientes pueden ser tanto negativas como positivas, o pueden ser singulares. Las corrientes que son negativas o positivas se consideran circuitos abiertos.