Una isla ósea, conocida técnicamente como enostosis, suele ser asintomática, según el Centro Nacional de Información Biotecnológica. Asintomática significa que la enostosis no tiene síntomas conocidos, y la afección se manifiesta durante una gammagrafía ósea realizada para otras razones. Las islas óseas son benignas, señala Orthopedics One.
La enostosis está marcada por un punto de hueso compacto dentro del hueso esponjoso. La mancha benigna se forma durante el desarrollo del hueso o congénitamente, y se cree que las islas óseas se producen durante la formación de capas de tejido óseo nuevo, señala la radiología esquelética. Las islas óseas suelen aparecer en la pelvis, el fémur, las costillas y otros huesos largos.
En las exploraciones radiológicas, las islas óseas aparecen como lesiones entre 2 milímetros y 2 centímetros de diámetro, según Ortopedia Uno. Las IRM generalmente no muestran destrucción de los tejidos circundantes con respecto a las lesiones de enostosis. Los médicos pueden monitorear las islas óseas para el crecimiento posterior. Si la mancha se agranda un 25 por ciento en seis meses o un 50 por ciento en un año, puede ser necesario un examen más detenido de la isla ósea.
Múltiples islas óseas en la misma área se denominan colectivamente osteopoikilosis, señala Radiopaedia. Las islas óseas de más de 2 centímetros de diámetro se conocen como islas óseas gigantes ya que estas estructuras pueden mostrar un crecimiento lento con el tiempo. Las enostosis grandes pueden interferir con el diagnóstico de neoplasias malignas en pacientes con cáncer conocidos, y estas manchas grandes pueden confundirse con otros tumores óseos o tumores óseos durante las exploraciones radiológicas iniciales.