Los seis elementos básicos del clima incluyen temperatura, humedad, presión atmosférica, viento, precipitación y nubosidad. Cuando se combinan, estos elementos pueden describir las condiciones climáticas existentes.
La temperatura es simplemente una medida de la atmósfera en términos de calor o frío. La temperatura influye en todos los demás elementos meteorológicos básicos, y como tal, se considera un elemento crucial para definir las condiciones meteorológicas.
La humedad describe la cantidad de vapor de agua en la atmósfera, mientras que la presión atmosférica simplemente se refiere a la pesadez o peso del aire en la atmósfera. La humedad se puede medir con herramientas como el higrómetro, el psicrómetro y el sensor de punto de rocío, mientras que la presión del aire se mide con un barómetro.
El viento puede definirse como el aire en movimiento que se mueve desde áreas de alta presión de aire a aquellas de baja presión de aire y se mide principalmente utilizando una media de viento. La precipitación se refiere a cualquier forma de agua que resulte de la rápida condensación de la humedad. Las principales formas de precipitación incluyen lluvia, nieve, niebla, niebla, granizo, aguanieve y llovizna.
Por último, la nubosidad se refiere al estado de las nubes en un área y tiempo determinados. Diferentes tipos de nubes señalan diferentes condiciones climáticas. Por ejemplo, las nubes más claras indican poca o ninguna precipitación, mientras que las nubes oscuras y pesadas apuntan a fuertes lluvias o tormentas eléctricas.