Los efectos del matrimonio temprano pueden variar según la edad del individuo y la cultura, pero el matrimonio temprano plantea más problemas que beneficios para las parejas involucradas. Un acuerdo de matrimonio temprano forzado descuida ambos derechos humanos y la elección individual. Las personas que son inmaduras (a cualquier edad) tampoco están preparadas para la unión compleja y permanente del matrimonio.
Los matrimonios infantiles son comunes en muchas culturas, y un matrimonio infantil puede ser un asunto arreglado o una asociación informal forjada entre dos familias. Para algunas familias, los matrimonios tempranos son beneficiosos al brindar honor y protección familiar al casarse con las jóvenes en el hogar con esposos adinerados. Innumerables mujeres en ciertos países no cuestionan los arreglos de matrimonio temprano por miedo.
Los matrimonios limitados por el amor son satisfactorios, pero permitir que un niño se case pronto tiene consecuencias. Las chicas jóvenes que se convierten en novias, como resultado, experimentan efectos psicológicos negativos. Las personas que se casan jóvenes también enfrentan violencia doméstica y otros tipos de abuso dentro de un matrimonio, según ChildInfo. Muchas leyes en todo el mundo han prohibido el matrimonio infantil y la explotación sexual de los niños.
Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, alrededor del 60 por ciento de los matrimonios que involucran a parejas entre las edades de 20 a 25 años terminarán en divorcio. Esta asombrosa estadística indica una clara correlación entre la madurez y el éxito de un matrimonio.