Las personas construyen su identidad a través de procesos internos o al pertenecer a un grupo, y combinadas con la preferencia de una persona a un tipo de control, pueden definirse por cuatro tipos de identidad distintos: líder, seguidor, independiente y drift. En el campo general de las ciencias sociales, la identidad puede definirse de manera más general como la forma en que una persona se percibe a sí misma y cómo se percibe dentro de un grupo o afiliación.
Es más probable que los líderes tomen el control. Un seguidor es igualmente externo en la forma en que formula su identidad, pero un seguidor cederá el control en lugar de tomarla. En el lado opuesto del espectro, es más probable que una persona independiente forme su identidad a través de procesos internos. También son más propensos a tomar el control. Sin embargo, alguien que es un vagabundo, puede ser igualmente interno, pero en cambio tiende a ceder el control.
Estos tipos de identidad no definen a las personas completamente. El sentido de identidad puede cambiar dependiendo del contexto. También es probable que haya tipos de personalidad más equilibrados que muestran rasgos de los cuatro tipos de identidades. Además, la identidad se puede definir de manera diferente, dependiendo del campo del pensamiento. Por ejemplo, las personas tienen sus propias identidades nacionales, donde las personas de una determinada nación o región pueden tener una identidad nacional diferente a las que les son ajenas. La identidad también puede variar a través de la cultura, que podría estar influenciada por varias cosas, como la religión, la clase social, la generación y la afiliación política.