Las siete etapas del dolor después de una muerte son: shock, negación, enojo, negociación, culpa, depresión y aceptación. Este modelo de duelo fue propuesto originalmente por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. >
El choque y la negación a menudo se combinan en una sola etapa. Esta es la reacción inicial a una muerte, en la que un individuo no puede comprender la noticia de que un ser querido ha muerto. Estas etapas se caracterizan por sentimientos de incredulidad y desviación.
La ira suele aparecer a continuación, cuando un individuo busca atacar a otros como respuesta al dolor emocional de la muerte. La inexplicable y a menudo repentina naturaleza de la muerte lleva a las personas a sentimientos de impotencia, frustración y rabia.
Después de la ira, las personas afligidas pasan a la negociación. Si bien esto es típicamente una respuesta ilógica a la muerte, representa otro método para intentar dar sentido a la mortalidad. Las personas pueden intentar hacer algunos ajustes personales en sus hábitos diarios a cambio de la devolución de un ser querido fallecido.
En la etapa de culpa, el individuo afligido cambia sus sentimientos negativos hacia adentro. La culpa puede ser vista como un intento de ganar el control de las circunstancias. Al echar la culpa a sí mismos, los individuos en duelo crean un objetivo definido para sus sentimientos.
Después de moverse a través de diferentes estrategias de desviación, el individuo finalmente se da cuenta de la naturaleza inalterable de la situación y cae en la depresión. Más allá de la depresión viene la aceptación, en la que el individuo finalmente hace las paces con la muerte y comienza a avanzar.