Según Kenhub, los dos huesos cigomáticos del cráneo, también conocidos como cigomas, soportan el tejido facial, pronuncian la forma de las mejillas y forman la porción externa inferior de la cavidad orbital. La cigomática los huesos albergan los puntos de inserción de los músculos maseteros, que son uno de los cuatro tipos de músculos necesarios para masticar.
Kenhub describe el hueso cigomático como una porción de forma extraña del cráneo que sobresale lateralmente para formar la forma prominente de los pómulos. El nivel de protuberancia del resto del cráneo hace que el hueso cigomático sea propenso a las fracturas. Las fracturas cigomáticas son el segundo tipo más común de fractura facial.
El Manual Merck del Manual de Salud en el Hogar dice que las fracturas en el hueso cigomático pueden resultar en la incapacidad de abrir la mandíbula por completo, así como en los cambios en la forma en que encajan los dientes de una persona. Las irregularidades en el hueso debidas a la fractura suelen notarse al pasar un dedo por el hueso. Kenhub enumera los síntomas de una fractura cigomática como dolor, un área de la mejilla aplanada, hinchazón, desplazamiento óseo y hemorragia subconjuntival, que se manifiesta como una mancha roja en la parte blanca del ojo. De acuerdo con el Manual Merck Manual de Salud en el Hogar, el tratamiento de un hueso cigomático severamente fracturado puede requerir inmovilización de la mandíbula o cirugía para reparar el hueso con placas de metal y tornillos.