La eficacia y utilidad de la terapia de grupo depende de varios factores (como la naturaleza y la gravedad del problema que puede enfrentar una persona), pero las desventajas pueden incluir choques de personalidad en el grupo, lo que hace que los individuos se sientan incómodo, o sentimientos de rechazo por parte de las personas cuando tratan de relacionarse con el terapeuta. En general, los pacientes con afecciones graves que dificultan la interacción social cotidiana no son adecuados para la terapia de grupo.
La terapia grupal no debe realizarse si el paciente o la persona se encuentran en un estado emocional frágil, ya que cualquier conflicto o comportamiento agresivo mostrado por otros miembros del grupo entre sí o la persona puede causar más daño que bien.
Además, a una persona le puede resultar más difícil compartir emociones, pensamientos y experiencias personales con un grupo. En este caso, es preferible la terapia tradicional uno a uno.
Sin embargo, hay una serie de ventajas para la terapia de grupo. En primer lugar, algunas personas pueden encontrar que compartir su experiencia con otras personas en una posición similar es reconfortante y perspicaz. Muchas sesiones de terapia grupal se dividen en subgrupos o pares más pequeños, lo que puede ayudar a construir una red de apoyo cada vez mayor para personas que sufren problemas similares. La terapia de grupo también puede ayudar a fomentar un comportamiento positivo a través de los elogios y elogios de otros miembros.