Las cuatro funciones principales del sistema esquelético son: apoyar los músculos y los tejidos, proteger los órganos vitales, permitir el movimiento de los huesos y los músculos y servir de centro de almacenamiento de células sanguíneas inmaduras y minerales. El sistema esquelético tiene 206 huesos que son vitales para el cuerpo humano.
El movimiento es posible porque los huesos actúan como palancas y también proporcionan soporte para los músculos y los tejidos. Sin ellos, el músculo y el tejido no tendrían ningún punto de unión. Los huesos del esqueleto también protegen órganos vitales, como el corazón, los pulmones y el cerebro. Los huesos también proporcionan un área de almacenamiento para glóbulos rojos, plaquetas y minerales que son necesarios para el funcionamiento saludable de todo el cuerpo.