Las causas más comunes de las enzimas hepáticas elevadas son la insuficiencia cardíaca, el consumo de alcohol, ciertos medicamentos recetados y de venta libre, la hepatitis y la obesidad, según la Clínica Mayo. Otras causas incluyen enfermedad celiaca, cirrosis, cáncer de hígado, pancreatitis e hipotiroidismo. Las causas infecciosas incluyen el citomegalovirus y las infecciones por el virus de Epstein-Barr.
Las enzimas hepáticas elevadas a menudo aparecen durante la finalización de los análisis de sangre de rutina y pueden indicar la presencia de daño o inflamación del hígado, explica la Clínica Mayo. Las enzimas hepáticas comunes que analizan los análisis de sangre incluyen alanina transaminasa y aspartato transaminasa, que las células hepáticas dañadas o inflamadas a menudo se liberan en el torrente sanguíneo con otras sustancias químicas.