La contaminación del aire incluye materiales particulados y contaminantes tóxicos que provienen de muchas fuentes diferentes. Los materiales particulados incluyen partículas grandes, como polvo, plomo o asbesto, y partículas pequeñas, incluidos nitratos y sulfatos. Los contaminantes tóxicos son partículas que tienen un impacto significativo en la salud. El transporte aéreo mueve los contaminantes de sus fuentes a su ubicación de depósito.
Muchas fuentes de contaminación del aire son hechas por el hombre. Los procesos industriales a menudo crean ambos tipos de contaminantes que escapan al aire. Los automóviles y otras fuentes móviles de contaminación afectan la calidad del aire. La agricultura se suma a la contaminación del aire a través del metano y el amoniaco producido por los desechos animales. La aplicación incorrecta de productos químicos agrícolas también aumenta la contaminación en el aire.
Algunas fuentes naturales aumentan los niveles de contaminación del aire. Las erupciones volcánicas, las tormentas eléctricas y los incendios forestales son las causas de la contaminación del aire. Estas fuentes añaden materia tóxica y particulada al aire. La contaminación natural suele ser más difícil de controlar que las fuentes artificiales, pero la EPA indica que las fuentes artificiales son la principal fuente de contaminantes.
En los Estados Unidos, la Ley de Aire Limpio rige muchas de las fuentes de contaminantes creados por el hombre. Varios productos químicos regulados bajo esta ley causan cáncer o un aumento de defectos de nacimiento. Otros causan problemas ecológicos o ambientales.