Una fístula de la vejiga ubicada entre el intestino y la vejiga puede causar orina que huele a excremento o se parece a ella, según la Fundación de Urología. Alguien con este tipo de fístula, llamada fístula enterovesical, también puede pasar gas a través de su uretra al orinar. A veces, una fístula enterovesical puede causar infecciones crónicas del tracto urinario.
Las enfermedades médicas, como la enfermedad de Crohn o la diverticulitis, suelen causar fístulas enterovesicales, explica la Urology Care Foundation. El cáncer de intestino causa aproximadamente una de cada cinco fístulas entre el intestino y la vejiga. Una lesión o cirugía en la vejiga también es una causa rara de fístulas de vejiga.
Un médico utiliza una radiografía pélvica o una tomografía computarizada con un contraste de la vejiga para diagnosticar una fístula enterovesical, señala la Fundación de Atención de Urología. En algunos casos, el médico también puede usar un tubo largo y delgado que contiene un telescopio, llamado cistoscopio, para ver dentro de la vejiga y hacer un diagnóstico.
La cirugía para reparar una fístula enterovesical es el tratamiento preferido, informa la Urology Care Foundation. El cirujano extrae el tejido dañado de la vejiga y mueve el tejido sano dentro de la vejiga para bloquear la abertura entre la vejiga y el intestino. La cirugía también puede tratar ciertas afecciones subyacentes que causaron la fístula, como el cáncer o una enfermedad inflamatoria, siempre que haya suficiente tejido sano dentro de la vejiga.