Algunos síntomas de un quiste renal complejo incluyen dolor abdominal y en el costado, un crecimiento palpable y hematuria. Estos síntomas pueden manifestarse cuando un quiste renal complejo surge de un quiste renal simple debido a complicaciones o agrandamiento, señala el Diario de la Sociedad Americana de Nefrología.
Los quistes renales complejos se forman cuando los quistes simples se vuelven sintomáticos. Esto ocurre cuando los quistes simples se abren y sangran, se infectan o crecen lo suficiente como para ejercer presión sobre los otros órganos que se encuentran adyacentes a los riñones. La complicación quística por hemorragia suele atribuirse a traumatismo, crecimiento anormal o diátesis hemorrágica. Un absceso renal, que puede resultar de un quiste simple infectado, puede adquirir las características de un quiste renal complejo.
Los pacientes que desarrollan quistes sintomáticos pueden experimentar molestias físicas en el área entre la cadera y las costillas, una temperatura anormalmente alta y la necesidad de orinar constantemente, afirma la Clínica Cleveland. La sangre también puede estar presente en la orina, aunque cantidades mínimas pueden no ser perceptibles.
Los quistes renales complejos se caracterizan por la presencia de calcificaciones, multilocularidad y anormalidades de demarcación. Este tipo de masas renales tiene un 13 a 90 por ciento de probabilidades de ser brotes malignos, afirma el Instituto de Cáncer de Riñón. Estos tumores renales desencadenan síntomas al contraer, estirar o atacar las regiones que rodean el riñón. Dependiendo de la ubicación del quiste, la función renal también puede deteriorarse y llevar a la hipertensión.
