Un remedio casero para evitar que un gato rocíe es una mezcla de agua y vinagre de manzana en una botella. Limpie el área que el gato roció y vuelva a aplicar según sea necesario para repeler al gato de marcar el área. Citronella, lavanda, menta o limoncillo pueden sustituir al vinagre.
Un gato puede rociar debido a un cambio en su rutina regular, como si el dueño cambia su comida o basura. Volver al producto original puede impedir que el gato rocíe. Si el gato rocía como una respuesta agresiva a un gato al aire libre, restringir la visión del gato del mundo exterior puede evitar la pulverización. Los rompecabezas de comida para gatos, los juguetes y las sesiones de juego con el dueño ocupan la mente del gato y lo hacen sentir importante, lo que reduce la fumigación.