En las primeras versiones de su historia entre los antiguos griegos, Medusa nació como una gorgona, y más tarde en la antigüedad, la diosa Atenea la convirtió en una. En el mito, mirarla se convirtió en piedra. Medusa era una deidad chthonic, lo que significa que vivía bajo tierra, representando la fertilidad, la muerte y el renacimiento. Perseo, un héroe, debe matar a Medusa y recoger la cabeza para salvar a su madre.
Era la hija mortal de los titanes Forcis y Ceto. La primera mención en griego de Medusa se encuentra en la "Teogonía" de Hesíodo, donde él y sus dos inmortales hermanas se juntaron como gorgonas con idénticas características y poderes, excepto que Medusa era mortal. Según el Período Clásico, se pensaba que Medusa era hermosa en un momento de su vida, como lo mencionó Pindar.
El poeta romano Ovidio contó el mito de Medusa con el mayor detalle, disponible para los lectores modernos en 2014. Medusa fue una figura trágica en sus "Metamorfosis", a merced de fuerzas que escapan a su control. Mientras la extremadamente bella Medusa, con deslumbrantes mechones de pelo, estaba visitando un templo de la diosa virgen Atenea, Poseidón, el dios del mar, codiciado por Medusa. Intentó seducirla y procedió a violarla. Atenea, furiosa, transformó a Medusa en una gorgona escamosa con serpientes por cabello que convirtió a cualquiera que la viera en piedra.
Después de que Perseo mata a Medusa por decapitación, Pegaso y Chrysaor salen de su cuerpo. Perseo usa la cabeza de la gorgona para derrotar a sus enemigos y salvar a Andrómeda de un monstruo marino enviado por Poseidón. Devuelve la cabeza de Medusa a Atenea, quien la coloca en su escudo y usa la piel escamosa de Medusa para crear su impenetrable Aegis.