Las señales tempranas de que un perro puede estar en celo son una descarga roja de la vulva, un lamido excesivo, cambios en el comportamiento o el apetito y un aumento de la temperatura. La fase inicial del calor de un perro ciclo se llama proestro.
Las manchas o la secreción roja de la vulva son una indicación temprana de que el revestimiento uterino está cambiando. Una forma de verificar si hay manchas es limpiar la vulva con un pañuelo de papel. Si aparece rojo, rosa o amarillo, puede indicar que el ciclo de calor está comenzando. Un perro en celo puede lamer excesivamente el área genital para deshacerse de cualquier descarga. Manchar en el suelo también puede indicar que el ciclo de calor ha comenzado.
Algunos perros muestran cambios notables en el comportamiento y tienen mayor inquietud o se vuelven menos activos. Típicamente, un ciclo de calor hará que una perra sea atractiva para los machos que están interesados en aparearse. Las hembras pueden mostrar signos de agresión si no están dispuestas a reproducirse.
La mayoría de las hembras tendrán un mayor apetito durante el calor, porque el ciclo de calor requiere más energía. También puede haber un aumento en la temperatura corporal.
A medida que avanza el ciclo de calor, una perra generalmente se vuelve más receptiva al apareamiento. Ella puede mostrar un comportamiento ansioso como ladridos, aullidos y trastornos del sueño.