Existen múltiples prácticas filipinas de crianza de niños, una de las cuales es alentar a los niños a no independizarse hasta que sean mayores. Se les enseña fuertemente a incorporar fuertes valores familiares. La comunidad, las familias y los vecinos crían niños en esta cultura. Los niños tampoco pueden rebatir cuando son amonestados. Hablar en voz baja también se enseña a los niños debido a la pasión de la cultura por la armonía.
Preciosa Soliven escribe en su artículo "A Point of Awareness" que se muestra en Philstar.com que "el gran parentesco de apoyo de los padres, la familia extendida y la comunidad ha condicionado al niño a crecer tranquilamente". Ella sostiene que este concepto de "suficiencia familiar y un sentido refinado de reciprocidad" es a menudo responsable de los hábitos problemáticos del nepotismo en los negocios, el sistema padrino y las dinastías políticas del país.
La suficiencia familiar tiene ventajas y desventajas. La cultura filipina sostiene que su estilo incorpora valores fuertes que hacen que sus hijos sean más estables emocionalmente y afectuosos para crecer pacíficos y felices. Sin embargo, la desventaja es que la falta de estímulo para la independencia obstaculiza el desarrollo de los niños en el mundo adulto, donde las responsabilidades y las consecuencias se asignan al individuo. Soliven argumenta que el comportamiento aprendido que se espera que sigan los niños deja una marca permanente en su vida adulta, por lo que un buen equilibrio entre los valores dependientes e independientes es saludable.
