En el cuerpo humano, algunas enzimas digestivas son amilasa, lipasa, pepsina, tripsina y nucleasa. Las enzimas digestivas descomponen diferentes tipos de nutrientes, como los lípidos, carbohidratos y proteínas a medida que los alimentos digeridos se abren paso a través del tracto digestivo. La digestión comienza en la boca donde la enzima amilasa, que son producidas por las glándulas salivales, inicia la descomposición de los carbohidratos, como lo señala Boundless.
La amilasa también se fabrica en el páncreas y se libera en el intestino delgado para continuar la digestión de los carbohidratos que incluyen azúcares y almidones para que el intestino delgado pueda absorber estos nutrientes. Esta enzima se conoce como amilasa pancreática.
Para la digestión de lípidos o grasas, la enzima lipasa es necesaria en el cuerpo. La lipasa se produce principalmente en el páncreas y se usa en el intestino delgado. Sin embargo, la boca y el estómago también pueden producir esta enzima, según lo declarado por el Centro Médico de la Universidad de Maryland.
Nuclease es una enzima producida por el páncreas. Descompone los ácidos nucleicos en nucleótidos en el intestino delgado.
Diferentes enzimas son importantes para hidrolizar proteínas, incluyendo pepsina, tripsina y peptidasas. Las glándulas gástricas producen pepsina y la liberan en la región del estómago del tracto digestivo. El páncreas produce tripsina y el intestino delgado produce peptidasas, que luego son utilizadas por el intestino delgado para terminar la digestión de la proteína. La mayor parte de la digestión química que se produce en el cuerpo se encuentra en el intestino delgado. Después de la absorción de nutrientes en el intestino delgado, los productos de desecho ingresan al intestino grueso y luego se excretan del cuerpo.