El papel de un empleado durante la Edad Media era el de un empleado de la administración pública cuya responsabilidad primordial era documentar y mantener los registros manuscritos de las operaciones diarias de los gobiernos de la ciudad. Los secretarios trabajaron en las diversas oficinas administrativas de los alcaldes de la ciudad y ayudaron a los concejales, alguaciles y forenses a crear los registros de sus actividades diarias. Recientes estudios académicos históricos señalan que los empleados medievales han desempeñado un papel importante en la copia y preservación de obras literarias en el tiempo disponible para ellos cuando no están comprometidos con sus responsabilidades civiles.
En Inglaterra, una creciente clase media comenzó a surgir durante los años posteriores al final de la epidemia conocida como la Muerte Negra. Las partes superiores de las clases económicas de Inglaterra se estaban alfabetizando, y en 1362, el inglés se convirtió en el idioma oficial de los tribunales por primera vez desde la conquista normanda. Esto creó la necesidad de una fuerza laboral capacitada en inglés escrito y una clase educada de empleados administrativos desarrollados. Debido a que la corte real estaba en Londres, la ciudad se convirtió en un centro para la nueva clase de empleados de habla inglesa.
Debido a su conexión profesional con funcionarios prominentes, algunos empleados de la Londres del siglo XIV pudieron jugar un papel en la política de la época. Muchos de ellos también actuaron como escribas y se les acredita la copia y preservación de las obras de escritores ingleses, como Geoffrey Chaucer y William Langland.