La fórmula química para el dióxido de silicio, también llamada sílice, es SiO2. El silicio y el oxígeno son dos de los elementos más abundantes en la corteza terrestre, y la sílice compone el 59 por ciento. Cuando se exponen al oxígeno, las superficies de silicona se oxidan para formar el compuesto SiO2.
En la naturaleza, la sílice puede verse como arena o cuarzo. Sintéticamente, la sílice se utiliza como semiconductor en circuitos. El sílice tiene un alto punto de fusión de alrededor de 1,600 grados Celsius o 2,912 grados Fahrenheit. Debido a que puede soportar fluctuaciones de temperatura, se usa en muchos dispositivos electrónicos. Otros usos incluyen la producción de vidrio, cerámica y fibra óptica, así como en utensilios de cocina resistentes al calor. El dióxido de silicio es importante en el proceso de fabricación de cemento y concreto. El silicio se puede producir al calentar arena y carbón a temperaturas de alrededor de 2.200 grados centígrados.
El SiO2 también se puede encontrar de forma natural en alimentos vegetales y suplementos multivitamínicos. El dióxido de silicio es crucial para el desarrollo de huesos, piel y uñas en los seres humanos. Los nutricionistas recomiendan una cantidad mínima de 5 a 10 miligramos de SiO2 por día. Los alimentos que contienen este compuesto incluyen frutas y verduras, semillas de girasol, granos enteros y nueces, según la Guía de Nueva Salud. El dióxido de silicio no debe representar más del 2 por ciento del peso de los alimentos.