InnerBody explica que el cuerpo humano contiene tres tipos de músculos, cada uno de los cuales realiza una función diferente. Los músculos más evidentes son los músculos esqueléticos, que se adhieren a los tendones y se mueven voluntariamente, según la Clínica Cleveland. Los músculos esqueléticos producen movimientos corporales y mantienen la postura, permitiendo a los humanos sentarse, pararse y caminar. La Clínica Cleveland describe los músculos lisos como aquellos que recubren algunos de los órganos del cuerpo, y el músculo cardíaco como aquellos que controlan el corazón.
A diferencia de los músculos esqueléticos, que están bajo control voluntario, los músculos cardíacos y lisos se mueven involuntariamente. Los músculos lisos alinean las paredes de muchos órganos internos, como el estómago y los intestinos, según InnerBody. Los músculos lisos, también llamados músculos viscerales, ayudan a pasar los alimentos a través del sistema digestivo y otras funciones similares.
La Universidad de California, Clermont, explica que el diafragma es un músculo liso que está al menos parcialmente bajo control consciente. Si bien los humanos no tienen que pensar en respirar, el diafragma se puede controlar, como cuando las personas contienen la respiración.
Los tres tipos de músculos varían en apariencia. Los músculos esqueléticos y cardíacos poseen estrías cuando se observan al microscopio. InnerBody afirma que estas estrías indican que los músculos son fuertes. Por el contrario, los músculos lisos carecen de estas estrías y son comparativamente débiles.