Aunque ambos tipos de platos se usan para cenas informales, el gres es más resistente que la loza y es menos probable que se rasque, rompa, rompa o rompa. Si no es glaseado, la loza es más porosa que la gres es más adecuado para hacer macetas o vaporeras de alimentos, en lugar de elementos que deben ser resistentes a las fugas. Además, el gres es generalmente apto para lavavajillas, mientras que la loza debe lavarse a mano.
Las razones de las diferencias entre los dos tipos de platos provienen de sus materiales y proceso de fabricación. Tanto el gres como el barro son cerámicos, pero los gres tienen componentes de arcilla adicionales que pueden ser cocidos a una temperatura mucho más alta, lo que los hace más duros y duraderos. Estas temperaturas más altas también hacen que el gres sea menos absorbente, particularmente cuando se esmalta. En contraste, la loza no esmaltada absorbe la grasa y el agua.