"Estabilidad emocional" se refiere a la capacidad de una persona para mantener la calma o incluso perder el equilibrio ante una presión o estrés. Una persona que es emocionalmente inestable es más volátil, lo que significa que la persona se enfrenta a un mayor riesgo de reaccionar con comportamientos violentos o dañinos cuando se provoca.
Las personas que reconocen los factores desencadenantes del estrés y desarrollan habilidades de afrontamiento saludables tienden a mantener la estabilidad emocional mejor que aquellas que no lo hacen. El pensamiento irracional, la impulsividad y ciertos medicamentos contribuyen a aumentar los niveles o la inestabilidad emocional. Los métodos utilizados para moderar las respuestas emocionales incluyen prácticas religiosas, meditación, ejercicio, nutrición adecuada y hábitos de sueño saludables. La falta de estabilidad emocional significa que alguien siente más emociones y bajos emocionales.