El telescopio astronómico es un aparato central que se usa para estudiar planetas, estrellas y lunas distantes de la Tierra. El astrónomo Galileo Galilei utilizó los primeros telescopios en 1610 para probar la teoría del sistema solar heliocéntrico presentada por Nicolaus Copernicus a principios del siglo XVI.
Usando la reflexión de la luz, un telescopio astronómico mejora el brillo de un planeta desde un punto de vista en la Tierra. Este factor permite mucho más detalle de lo que uno puede ver a simple vista. La resolución mejorada mejora la claridad. El poder de aumento de los telescopios superiores también hace que los planetas distantes y los cuerpos solares parezcan mucho más grandes para el observador.