En lugar de darle a un cachorro una gran dosis de una vacuna, las vacunas contra el moquillo se administran en una serie de inyecciones que se recomiendan para los 6, 9, 12 y 16 semanas de edad. Las vacunas se deben administrar a la edad de 1 año y luego cada tres años después de eso.
El moquillo canino es una enfermedad agresiva que se transmite a través del contacto con la orina, la sangre o la saliva infectadas. Esta enfermedad afecta a los sistemas respiratorio, nervioso y gastrointestinal de un perro, así como a sus ojos. No existe un tratamiento medicinal para el moquillo, sino un tratamiento de apoyo para controlar los síntomas. Si un perro sobrevive a la enfermedad, existe la posibilidad de efectos de por vida que incluyen convulsiones, trastornos del sistema nervioso y daño cerebral.
